En la cartografía secreta de la música argentina hay nombres que funcionan como puertas. Terrores Nocturnos es uno de ellos. Surgida en 2017 en medio de una escena under en ebullición, la banda eligió desde el inicio un camino donde lo indie, el post punk y el garage se entrecruzan con naturalidad, sin necesidad de gritar para ser escuchados.
Su regreso con Gente en la ventana no es solo un disco nuevo: es un giro narrativo, un pasaje hacia un territorio más íntimo y reflexivo. Allí se inscribe Si los veo, ellos me ven, el single doble que anticipó este trabajo y que hoy se escucha como una declaración de principios. La canción flota como un barco imaginario por el Paraná rumbo al Paraguay, entre cocodrilos que acechan y brujas que, aunque todos sabemos que no existen, están ahí. No se trata de fantasía inocente, sino de la certeza de que lo invisible también nos observa.
El grupo, integrado por Marcos Aramburu, Marcos Delfino, Sebastián Limarino, Juan Ignacio Verona y Julián Pérez, ha construido un lenguaje donde la sencillez melódica se mezcla con imágenes poéticas y recuerdos difusos. En El funeral de los monos, su debut de 2018, abordaban la muerte con ironía; en cambio, en Gente en la ventana el tono es más maduro, más cercano a la melancolía y a la memoria que se resiste a desaparecer.
La producción de Santiago Napoli y Marcos Delfino, junto con la mezcla y masterización de Santiago de Simone, aporta una calidez que acompaña a la banda en este nuevo estadio creativo. El disco, compuesto por nueve canciones, se mueve entre lo cotidiano y lo onírico, con un pulso que atrapa tanto la desidia como la ternura. Si los veo, ellos me ven es el mejor ejemplo: una canción que parece simple, pero que deja al oyente suspendido en un territorio entre lo real y lo imaginado.
Terrores Nocturnos no vuelve para agitar la superficie, sino para recordarnos que la música también puede ser susurro, conjuro y ventana. Y en ese espacio que la banda nos abre, descubrimos que la experiencia no es unidireccional: cuando los vemos, ellos también nos ven.